El juego simbólico es aquel en el que el niño o niña juega imitando acciones cotidianas. Por ejemplo, cuando juega a cocinar, a los supermercados... en definitiva todo lo que se trate de imitación. Para ello puede utilizar algún juguete o muñeco, en esta actividad entra en juego su creatividad así que casi cualquier cosa nos puede servir para que nuestro pequeño o pequeña juegue.
Por eso hoy os traigo una manualidad que además os servirá para incentivar el juego simbólico, hoy haremos un buzón. La idea de hacer un buzón surgió de la escuela infantil donde va mi pequeño, nos pidieron que hiciéramos un buzón para su casillero, donde nos pondrían sus circulares. Así que encendieron la mecha de mi creatividad. Nos contaron que debíamos hacerlo con un brick de leche y debía ser blanco o negro. Así que con estas indicaciones nos embarcamos en su creación y el resultado es la foto que ilustra estas palabras y que os compartí en redes sociales hace unos días.
No obstante, la idea nos gustó y decidí hacer un pequeño buzón para que mi peque pudiera jugar con él.
Ya veis lo importante que es el jugo simbólico, además de divertido, por ello espero que este buzón os sirva para pasar buenos momentos con vuestros el hijo. A mi al menos me está funcionando muy bien y mi peque no deja de meter sus mini "cartas" diciendo : Esta para mamá, para papá, para la abuela, el abuelo, la tita... a todos nos envía alguna 😃.
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Por eso hoy os traigo una manualidad que además os servirá para incentivar el juego simbólico, hoy haremos un buzón. La idea de hacer un buzón surgió de la escuela infantil donde va mi pequeño, nos pidieron que hiciéramos un buzón para su casillero, donde nos pondrían sus circulares. Así que encendieron la mecha de mi creatividad. Nos contaron que debíamos hacerlo con un brick de leche y debía ser blanco o negro. Así que con estas indicaciones nos embarcamos en su creación y el resultado es la foto que ilustra estas palabras y que os compartí en redes sociales hace unos días.
No obstante, la idea nos gustó y decidí hacer un pequeño buzón para que mi peque pudiera jugar con él.
¿Qué necesitas para hacerlo?
- 1 brick (en mi caso de batido, porque lo hice tamaño mini)
- Cartulina
- Pegamento
- Rotuladores
- Tijeras
- Cinta Adhesiva
- Reglas
- Cuter
- 1 imán (podemos reciclarlo de algún imán de propaganda de esos planos) o un trocito de velcro
¿Cómo hacer el buzón?
- Lo primero será cortar la parte superior del brick.
- A continuación también marcaremos y recortaremos la ranura por donde meteremos las "cartas".
- Es el momento de dibujar la plantilla en la cartulina para forrar el brick. también podéis hacer solo la tapa y pintar el brick. Yo lo he forrado porque es más fácil dibujar los adornos en la cartulina.
- Una vez dibujado el esquema lo recortamos. Podemos pintarlo antes de pegarlo en el brick.
- Pegamos la plantilla en el brick, empezando por la parte trasera y los laterales y terminando con el frente. Para la ranura para el correo haremos un corte en la parte central y los laterales y doblaremos la cartulina para dentro. Podemos fijarla con cinta adhesiva.
- Reforzaremos la tapa cortando un cuadrado de cartulina y pegaremos los laterales de la lengüeta.
- Para que la tapa se mantenga bien cerrada, pondremos un imán en el interior frontal de la tapa y otro en sobre la ranura del correo. De este modo cerrará a la perfección.
Es muy fácil de hacer y la decoración del mismo solo dependerá de nuestra imaginación. Podemos implicar en este proceso a los niños, que seguro disfrutarán mucho pintando su nuevo buzón. Como veis, en este segundo buzón simplemente lo pinté de amarillo imitando los buzones de correos que nos encontramos en la calle. Podéis dibujarle sellos como hice yo en el primero, pintarlo de rojo como los buzones ingleses... en definitiva el límite lo pone la imaginación. ¿Queréis que os comparta adornos imprimibles para adornar vuestros buzones? decírmelo en los comentarios y os haré otra entrada con ellos, tengo pendiente preparar otro tutorial para otro modelo de buzón.
El juego simbólico se inicia sobre los dos años de edad, aunque cada niño tiene sus tiempos, algunos empiezan pronto y a otros les cuesta más iniciarse, pero como en muchas otras cosas esto es solo una media y no debemos obsesionarnos con ella. Se relaciona mucho con el lenguaje, porque interviene el mismo para poder jugar. En un principio estos juegos suelen iniciarse con los adultos, ya que la imitación de nuestras acciones suele ser el primer ejemplo con el que se encuentran. Al explicarle nosotros las acciones y dedicarnos a contarle todo lo que hacemos ellos irán asumiendo conceptos y poco a poco el juego se irá haciendo más complejo. Por ejemplo, puede que al principio juguemos a las cocinitas y lo único que imite sea el momento de comer (sin duda es una acción que conoce desde su nacimiento) pero veremos que poco a poco, pasará a imitar que cocina, que pone la mesa, etc. Y su discurso seguramente irá creciendo con el juego.
Esta actividad les ayuda a socializar y negociar, pues al interactuar con otros niños ellos mismos pondrán las reglas y tendrán que estar de acuerdo. Por lo tanto es una actividad muy interesante para que aprendan a compartir, aceptar cosas que no les gustan (al llegar a acuerdos) y vean como interactuar con otros. Sin duda cuando son muy pequeños veremos que suelen elegir jugar solos a con otros niños, por eso el juego simbólico es perfecto para que los más pequeños vean que el juego en grupo es igual o más divertido.
Dependiendo del juego que elijan también favorecerá a la motricidad, al realizar actividades como perseguir a sus compañeros de juego. Así como el lenguaje, pues si realizan jugos en los que es necesario explicar , como cuando juegan a los profesores, tendrán que esforzarse a realizar un discurso claro para que todos puedan entenderse.
Y por supuesto ayudará a incentivar la creatividad, al crear sus propias historias y situaciones, así como imaginar que sus juguetes u otros elementos son otra herramienta que encaje en esas historias. Ya sea porque coge un teléfono e imagina que conversa con alguien, como si coge una caja a modo de casco, en ambos casos su creatividad se pondrá en marcha para que el juego sea más divertido.
Por ello, aunque en ocasiones dirijamos nosotros un poco la actividad de juego, es muy positivo dejar que jueguen libres y sean ellos mismos los que planteen la actividad. Es sorprendente ver como representan actividades cotidianas y les sirve para canalizar sus miedos y liberar tensiones. Probablemente si algo le asusta se vea reflejado en su juego y puede ser también una herramienta para solucionarlo.
¿Por que es bueno el juego simbólico?
El juego simbólico se inicia sobre los dos años de edad, aunque cada niño tiene sus tiempos, algunos empiezan pronto y a otros les cuesta más iniciarse, pero como en muchas otras cosas esto es solo una media y no debemos obsesionarnos con ella. Se relaciona mucho con el lenguaje, porque interviene el mismo para poder jugar. En un principio estos juegos suelen iniciarse con los adultos, ya que la imitación de nuestras acciones suele ser el primer ejemplo con el que se encuentran. Al explicarle nosotros las acciones y dedicarnos a contarle todo lo que hacemos ellos irán asumiendo conceptos y poco a poco el juego se irá haciendo más complejo. Por ejemplo, puede que al principio juguemos a las cocinitas y lo único que imite sea el momento de comer (sin duda es una acción que conoce desde su nacimiento) pero veremos que poco a poco, pasará a imitar que cocina, que pone la mesa, etc. Y su discurso seguramente irá creciendo con el juego.
Esta actividad les ayuda a socializar y negociar, pues al interactuar con otros niños ellos mismos pondrán las reglas y tendrán que estar de acuerdo. Por lo tanto es una actividad muy interesante para que aprendan a compartir, aceptar cosas que no les gustan (al llegar a acuerdos) y vean como interactuar con otros. Sin duda cuando son muy pequeños veremos que suelen elegir jugar solos a con otros niños, por eso el juego simbólico es perfecto para que los más pequeños vean que el juego en grupo es igual o más divertido.
Dependiendo del juego que elijan también favorecerá a la motricidad, al realizar actividades como perseguir a sus compañeros de juego. Así como el lenguaje, pues si realizan jugos en los que es necesario explicar , como cuando juegan a los profesores, tendrán que esforzarse a realizar un discurso claro para que todos puedan entenderse.
Y por supuesto ayudará a incentivar la creatividad, al crear sus propias historias y situaciones, así como imaginar que sus juguetes u otros elementos son otra herramienta que encaje en esas historias. Ya sea porque coge un teléfono e imagina que conversa con alguien, como si coge una caja a modo de casco, en ambos casos su creatividad se pondrá en marcha para que el juego sea más divertido.
Por ello, aunque en ocasiones dirijamos nosotros un poco la actividad de juego, es muy positivo dejar que jueguen libres y sean ellos mismos los que planteen la actividad. Es sorprendente ver como representan actividades cotidianas y les sirve para canalizar sus miedos y liberar tensiones. Probablemente si algo le asusta se vea reflejado en su juego y puede ser también una herramienta para solucionarlo.
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